Las fiestas en honor a la diosa Afrodita eran las afrodisias. Se celebraban por toda Grecia y sus colonias pero particularmente importantes eran las de Atenas, Corinto, Erice (Sicilia), Citera y Pafos (Chipre), lugar donde según la mitología nació la diosa de la espuma del mar y en donde existió el templo griego más antiguo dedicado a esta deidad, compuesto de varios patios que rodeaban la capilla central que contenía un cono de piedra rematado por una esfera, símbolo de la diosa, entre dos candelabros.
Santuario de Afrodita de Pafos en una moneda de Caracalla (198-217) y dibujo de Antoniadi, 1939 , basado en ella.
Se llevaban a cabo en primavera e incluían concursos artísticos y competencias deportivas. En bosques y jardines se festejaba a la diosa y se le ofrecían flores, incienso y sacrificios incruentos. En Pafos las mujeres lavaban en el mar la imagen de Afrodita y tomaban un baño ritual como preparativo a las solemnidades de la noche. Las afrodisias incluían relaciones sexuales como un método de adoración a la diosa. La ofrenda y la práctica de la prostitución religiosa en los santuarios y templos de la diosa era relativamente común. La denominación griega para las prostitutas de los templos era hieródula, "sierva sagrada". Esta costumbre fue una práctica inherente a los rituales dedicados a las antecesoras de Oriente Próximo de Afrodita, la sumeria Inanna, la acadia Ishtar o la fenicia Astarté, culturas en donde la prostitución sagrada estaba más extendida. En Grecia destacaba en este sentido Corinto, en donde el número de hieródulas del templo de Afrodita llegó a ser hasta de mil. En Jonia, en la costa de Asia Menor, las hieródulas servían en el templo de Artemisa en Éfeso.
Entre las hieródulas destacaban las sacedortisas y entre ellas estaban las heteras, es decir, cortesanas, prostitutas refinadas y respetadas. No se dedicaban solo a ofrecer servicios sexuales sino también buena y exquisita compañía, que es lo que significa hetera en griego. Poseían una educación esmerada y eran capaces de tomar parte en las conversaciones entre gentes cultivadas, como en los simposios. Únicas entre todas las mujeres de Grecia, eran independientes y podían administrar sus bienes. Se conoce el nombre de varias de aquellas heteras. Targelia fue una renombrada hetera jónica muy influyente en las relaciones entre griegos y persas. Aspasia, amante de Pericles, fue una de las mujeres más célebres del siglo V a. C. y atrae a su casa a Sófocles, Fidias, a Sócrates y sus discípulos; según Plutarco, "domina a los políticos más eminentes e inspira a los filósofos un interés nada despreciable". Teódota, compañera de Alcibíades, con quien Sócrates dialoga en las Memorables. Neera, sujeto de un célebre discurso del pseudo-Demóstenes. Leontion, compañera de Epicuro y filósofa ella misma. En la época helenística se puede citar a Pitónica, compañera de Hárpalo, tesorero de Alejandro Magno, o Tais, compañera del mismo Alejandro y después de Ptolomeo I.
Entre las hieródulas destacaban las sacedortisas y entre ellas estaban las heteras, es decir, cortesanas, prostitutas refinadas y respetadas. No se dedicaban solo a ofrecer servicios sexuales sino también buena y exquisita compañía, que es lo que significa hetera en griego. Poseían una educación esmerada y eran capaces de tomar parte en las conversaciones entre gentes cultivadas, como en los simposios. Únicas entre todas las mujeres de Grecia, eran independientes y podían administrar sus bienes. Se conoce el nombre de varias de aquellas heteras. Targelia fue una renombrada hetera jónica muy influyente en las relaciones entre griegos y persas. Aspasia, amante de Pericles, fue una de las mujeres más célebres del siglo V a. C. y atrae a su casa a Sófocles, Fidias, a Sócrates y sus discípulos; según Plutarco, "domina a los políticos más eminentes e inspira a los filósofos un interés nada despreciable". Teódota, compañera de Alcibíades, con quien Sócrates dialoga en las Memorables. Neera, sujeto de un célebre discurso del pseudo-Demóstenes. Leontion, compañera de Epicuro y filósofa ella misma. En la época helenística se puede citar a Pitónica, compañera de Hárpalo, tesorero de Alejandro Magno, o Tais, compañera del mismo Alejandro y después de Ptolomeo I.
Friné es quizás la hetera más conocida, célebre por su belleza y por ser la amante y musa favorita de Praxíteles, quien se inspiró en ella para la creación de varias esculturas de la diosa Afrodita, entre ellas la famosa Afrodita de Cnido. Friné fue acusada de impiedad, un delito muy grave en Grecia, a causa de su continua comparación con la diosa Afrodita debido a su belleza; otra de las graves acusaciones a Friné era la de haber violado el secreto de los Misterios eleusinos, de lo que se deduce que era una iniciada o sacerdotisa. Por petición de Praxíteles, en el juicio fue defendida por el orador Hipérides. Este fue incapaz de convencer a los jueces del areópago con su discurso, así que, como último recurso, recurrió al amor y a la belleza, e hizo desnudarse a Friné ante los jueces, convenciéndoles de que no se podía privar al mundo de tal belleza, la cual era un monumento vivo a la diosa Afrodita. Con esta estrategia, consiguió conmover a los jueces, quienes la absolvieron de manera unánime.
Friné ante el areópago (1861), obra de Jean-Léon Gérôme, Hamburg Kunsthalle.