En el océano Pacífico, lejos de cualquier otra tierra, se encuentra la isla de Pascua, Rapa Nui, uno de los lugares más enigmáticos del planeta. Sus originales estatuas, los moais, son los testigos de su pasado misterioso. La mayoría de los moais se muestran como una gran cabeza con parte del torso, algunas veces solo parecen ser una cabeza.
Podría pensarse que los moais son así, pero hay que tener en cuenta que están semienterrados. Los hay que se dejan ver completos, los que se encuentran en las plataformas ceremoniales, mostrando que se tratan de figuras hasta la cadera.
La mayoría de los libros y documentales sobre la isla de Pascua obvian esta cuestión, haciendo creer a la gente que la mayoría de los moais son solo cabezas y poco más. Pero desde hace tres años se está informando, eso sí, con no mucha difusión, de que todos los moais tienen cuerpo, cuestión que ha sido un descubrimiento para muchos pero que ya se sabía como poco desde 1.915, en concreto fueron Katherine y William Scoresby los que primeramente expusieran los diagramas de los primeros torsos de los moais.
De todas formas ha supuesto una agradable sorpresa, y resulta magnífico poder observar los cuerpos de algunos moais que hasta hace poco estaban bajo tierra, cuerpos que en algunos casos supera los 8 metros de profundidad. Esto ha sido gracias a la labor de una entidad privada sin ánimo de lucro, "Easter Island Statue Project", http://www.eisp.org/, que ha asumido la competencia de las excavaciones. Siempre hay detractores que preferirían que dejaran las cosas tal y como están, pero los arqueólogos de esta entidad afortunadamente han seguido haciendo su trabajo.
Es curioso, por no decir extraño, que sabiendo que los moais son estatuas con cuerpo no se hayan excavado en tanto tiempo desde hace un siglo, con la única excepción de algunos en los años 70. Además, el interés por verlos completos es grande pues presentan relieves e inscripciones que podrían ser de la escritura autóctona denominada rongo rongo. Quizá la clave de que no haya tenido la atención que se merecen por parte de la comunidad científica es que la profundidad de la parte enterrada de los moais puede hacer variar la datación de su construcción. Si se demuestra que la profundidad es de hasta 8 metros en la excavación, estaríamos sin duda ante una antigüedad de varios miles de años, y no de los entre mil y quinientos años que ahora se les concede. Algunos piensan incluso que esa profundidad de enterramiento podría suponer una antigüedad superior a los 10.000 años, quizá incluso a 15.000 años, lo que nos colocaría en la época de finales de la última glaciación, algo que sería incompatible con la existencia de una civilización con escritura en base a los actuales dogmas científicos. Esa época sería la datada para la antigua civilización madre, la conocida mayoritariamente como Atlántida.
Los datos no cuadran a juzgar por las evidencias, a menos que los enterraran, pero menudo trabajo hacerlo con cientos de estatuas cuando ya el pueblo de Rapa Nui estaba en imparable y dramático declive.
Quizá estamos ante otra evidencia de que la civilización es mucho más antigua de lo que se piensa. Además aquella civilización sí podría tener los saberes y medios para hacer y transportar estas enormes estatuas de piedra, porque de los pascuenses de nuestra era siento decir que se duda con razón. Sus leyendas hablan de métodos no convencionales, utilizando una misteriosa energía.
Por el momento los datos de la escritura presente en los moais permanece sin darse a conocer porque, según parece, los expertos que están intentando descifrar los textos no saben descifrarla y hay ciertas controversias; algunos creen que se refieren a medidas del tiempo, otros a labores de marineros que tan importantes eran para los pascuenses. En fin, habrá que esperar a ver si es posible desentrañar su significado.
Mientras tanto, alguno se atreve a dar hipótesis sobre lo que pudo pasar en el pasado remoto: Lo más probable es que una ola gigante barrió la isla y su antigua civilización, que se perdió en las brumas del tiempo. Las estatuas no fueron enterradas, pero el paso del tiempo, el escombro y el polvo borraron a esta civilización, de la cual no se sabe nada. Se cree pudo estar relacionado con el mito de la Atlántida y del continente cuyas leyendas resurgieron con este descubrimiento excepcional.
De nuevo la gran inundación, el Diluvio, el cataclismo que hizo desaparecer a la Atlántida, la civilización madre cuya influencia alcanzó todo el planeta.
Espero que no pase mucho tiempo para que conozcamos más datos de los responsables de la excavación y de la traducción de los textos encontrados en algunas de las estatuas que están desenterrando.
Espero que no pase mucho tiempo para que conozcamos más datos de los responsables de la excavación y de la traducción de los textos encontrados en algunas de las estatuas que están desenterrando.
¿Hacia qué pasado miran las gigantescas estatuas? Muchas miran hacia el centro de la isla, el lugar sagrado de enterramiento de su mítico líder, Hotu Matu'a. Otras miran desde la costa hacia el sol poniente, hacia el oeste; se dice que algunas están orientadas hacia ciertas posiciones de la constelación de Orión o de las Pléyades, como otros monumentos de la antigüedad en diversos lugares del mundo.
Fijaos en las palabras del Consejo de Ancianos de Rapa Nui:
“De acuerdo con las más antiguas tradiciones y genealogías, fue Hotu Matu’a el primer Ariki Henua, supremo título real que se daba al Soberano de la Isla, quien vino desde Hiva, donde hubo un cataclismo y tuvo que emigrar de allí arribando a esta isla con su gente, tras el previo envío de siete emisarios, siguiendo las orientaciones del consejero Hau Maka.
El fenómeno del cataclismo no es ajeno a las inmensas aguas del Pacífico, y son varias las hipótesis sobre la situación de Hiva, lugar donde se produjo este cataclismo. Pero es el archipiélago de las Marquesas en el que hallamos sorprendente coincidencia histórico-tradicional y toponímica: Hiva Oa, Fatu Hiva y Nuku Hiva; las tres islas mencionadas llevan incorporado el nombre de Hiva.
...Tradicionalmente, la población sucedió a partir de la migración de un pueblo que emigró debido al cataclismo que inminentemente hundía la tierra natal llamada Hiva, no siendo la única afectada, sino que se extendió a todas las demás islas del Pacífico”.
Hiva, la tierra de sus orígenes, la gran isla que se hundió tras un cataclismo y que estaría al oeste de Pascua; sus restos podrían ser las islas Marquesas o según otros la isla de Rapa Iti, justo al oeste de Rapa Nui. El enigma de Pascua continua, pero ya empezamos a tener más pistas gracias al redescubrimiento de los impresionantes cuerpos de los moais.
hasta que igualemos en tecnología a nuestros ancestros tendremos vida, eso ha pasado con todas las civilizaciones, el alumno jamás deberá superar al maestro. Paola Franco.
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