Jaén a finales del siglo XV, poblado por unas 15.000 personas, lo que la convertía en una ciudad de apreciable tamaño, vivió una de las épocas más apasionantes de su historia. Su importancia en la candente frontera con el reino de Granada, con lo que todo eso supuso, hizo que recibiera la visita de los Reyes Católicos varias veces. De aquellos avatares escribieron Alfredo Cazabán Laguna en su obra "Jaén, base de la conquista de Granada" centrándose en la primera visita de los reyes, y Rafael Ortega y Sagrista en "Estancia de los Reyes Católicos y de Cristóbal Colón en Jaén el año de 1489".
Las visitas de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón fueron cuatro que se sepan, tres antes de la conquista de Granada y una después.
En 1485, del 10 de septiembre hasta mediados octubre, estuvieron en Jaén para la campaña de conquista de Cambil y Alhabar, cuya toma concluyó el 22 de septiembre. El rey Fernando marchó el mismo día 10 con parte del ejército hacia Cambil y volvió seguramente para el 24 del mismo mes. Juntos, Isabel y Fernando, permanecieron en la capital del Santo Reino hasta mediados octubre, dándose cuenta que Jaén era efectivamente un lugar clave para el éxito de la guerra contra Granada.
En 1489, desde el 22 de mayo hasta el 20 de octubre, estuvieron de nuevo por la campaña de la toma de Baza, aunque en realidad solo permaneció en la ciudad todo ese tiempo la reina Isabel, pues Fernando marchó hacia Baza el 27 de mayo, solo cinco días después de haber llegado. El 20 de octubre se fue la reina con su corte hacia Baza para reunirse con su esposo pasando por Úbeda.
Esta estancia fue la más prolongada e importante de la reina Isabel. Acompañada de sus hijos y toda su corte, convirtió a Jaén en la capital de España durante meses. Se estableció en el palacio del Obispo, que entonces era don Luis Osorio (1483-1496); parece ser que era el lugar donde se instaló cuatro años antes y seguramente fue siempre el edificio que la acogía en Jaén. Este palacio del Obispo estaba en mitad de la calle Campanas, esquina con calle Cerón, antiguo callejón de la Parra contiguo a la muralla. Se hizo desde el palacio un arco volado que lo comunicaba con la catedral de entonces, la gótica, para que Isabel pudiera acceder a ella más discreta y cómodamente. De aquel palacio y arco nada queda, y su lugar lo ocupan unas típicas casas con cancelas de la calle Campanas.
En aquellos meses seguro que Isabel profundizó en su amistad con Teresa de Torres, que quizá conociera personalmente en su primera visita. Teresa de Torres era la viuda del condestable don Miguel Lucas de Iranzo, y era la gran señora de la ciudad, perteneciente a una de las familias más poderosas e influyentes, si no la que más, de Jaén. Vivía en su palacio de la calle Maestra, conocido en nuestros tiempos como palacio del Condestable pero que en realidad era propiedad de la familia de los Torres; en este palacio, en sus salones mudéjares y amplios y bellos patios, seguro que pasaron juntas muchas horas Isabel y Teresa, amigas ya hasta el final de sus días.
En ese plazo de tiempo ocurrió un hecho destacado. Estuvo también en Jaén Cristóbal Colón, que llegó a principios de junio y se entrevistó con la reina probablemente a principios de agosto en el palacio del Obispo, la tercera vez que lo hacía (antes fue en Alcalá de Henares, 20 de enero de 1486, y Málaga, septiembre de 1487), y parece ser que aquí es donde Isabel le dio una respuesta afirmativa a su propuesta de sufragarle el viaje hacia las Indias, pero que tendría que esperar hasta que acabase la guerra con Granada, como así fue.
Colón probablemente se hospedó en el convento de San Francisco, en el sitio donde ahora está el Palacio de la Diputación Provincial, pues él era afín a la orden franciscana.
La tercera visita de los Reyes Católicos se produjo en 1490, desde el 4 hasta el 12 de enero. Poco se sabe de aquella breve estancia en el marco de la guerra contra el reino nazarí.
Y la cuarta y última estancia documentada fue en 1499. El 2 de agosto estaban aquí, se sabe por una pragmática que firmaron; estarían probablemente desde unos días antes hasta poco después, pues el 10 ya estaban en Granada.
Cuatro visitas de los Reyes Católicos, las dos primeras de importancia, y una pero importante de Cristóbal Colón. Más que suficiente para que se recordara en las calles y las gentes de Jaén la presencia de Isabel y Fernando, y para que nuestra ciudad fuera reconocida como otro lugar colombino. ¿Por qué no una placa en la casa de la calle Campanas esquina con la calle Cerón en recuerdo del crucial encuentro entre la reina Isabel y Colón? Ya lo propuso Rafael Ortega y Sagrista, no se le hizo caso, pero ojalá algún día cercano se haga, sin duda el motivo histórico lo merece.
Excelente artículo, Jose, gracias por compartirlo. Sobre la batalla de Baza, se sabe que Isabel fue a visitar a Fernando y ver el desarrollo de la contienda, para lo cual evitó caminos principales (el pasillo de Pozo Alcón) y cruzó la sierra de Cazorla. Entró por Quesada y salió por Castril. Aún perduran topónimos en la sierra como registro de esta viaje; la fuente de la Reina, la fuente del "coñico" ( no hay que aclarar por qué ¿verdad?, jejeje..) y por supuesto la leyenda del puente de las Herrerías, el cual se construyó exprofeso para su paso, herrando a los caballos al revés para confundir a los espias moros, y parecer que viajaba en dirección opuesta. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Javi. Muy interesante tu comentario. Un saludo.
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