jueves, 16 de septiembre de 2010

EL TODO ES MENTE

El Todo es Mente; el universo es mental. Este es el principio del mentalismo, el primero de los siete sobre los que se basa la Filosofía Hermética, la que según la tradición nos dio el maestro de maestros Hermes Trismegisto, allá en los antiquísimos e ignorados orígenes de la civilización egipcia; principios que se recogieron en el ancestral Kybalión.

Este principio encierra la verdad de que todo es mente. El Todo es la realidad substancial que se oculta detrás de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos bajo los nombres de "universo material", "energía", "materia", etc., es decir, todo cuanto es sensible a nuestros sentidos materiales. Este Todo es espíritu, quien en sí mismo es incognoscible e indefinible, pero que puede ser considerado como una mente infinita, universal y viviente.
Todo el universo o mundo fenomenal es una creación mental del Todo, en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.
Este principio, al establecer la naturaleza mental del universo, explica los variados fenómenos mentales y psíquicos que tanto preocupan a las personas, y que sin tal explicación no son comprensibles y desafían toda hipótesis científica. La comprensión de este principio hermético de mentalismo habilita al individuo a realizar y conocer la ley que rige el universo mental, aplicándola a su bienestar y desarrollo, pues es una clave maestra en su poder con la que acceder al conocimiento de forma libre e inteligente. Y es que este principio explica la verdadera naturaleza del mundo físico, es decir, de la energía y la materia, y el cómo y el porqué está subordinado al dominio de la mente. El plano físico está debajo del mental, que domina sobre aquel, y el mental está a su vez debajo del espiritual, que es el más elevado de los tres.
Uno de los antiguos maestros escribió hace mucho tiempo que "el que comprenda la verdad de que el universo es mental, está muy avanzado en el sendero del adepto". Sin esta clave maestra es imposible acceder a la Sabiduría.

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